lunes, 29 de octubre de 2007

POSTELECCIONES - ESPERANDO POR LAS SEÑALES...




Luego del contundente triunfo que obtuvo el oficialismo en las elecciones presidenciales, y con el importante nivel de apoyo que eso implica, se habré la etapa de intentar dilucidar que cual será la orientación que la flamante presidenta imprimirá a su mandato.


Y, no menos importante, si el último tramo del gobierno de su marido será aprovechado para introducir medidas que son necesarias, pero cuyo costo político puede ser relativamente significativo, al implicar, muchas de ellas, una corrección profunda de las políticas y los enfoques aplicados durante los últimos dos años.


En principio, el discurso de Cristina abrió un paraguas importante. Intentó mostrarse más moderada, tolerante y abierta el dialogo. Volvió a insistir con el Pacto Social como mecanismos para alcanzar consensos amplios que permitan profundizar “el modelo” e invitó a sumar propuestas.


Sin embargo, sigue sin dar ningún tipo de precisiones sobre cual será el contenido de medidas del mismo, aquellas que servirán de garantía frente a los compromisos asumidos en su ceno, y que en, última instancia, definirán su suerte.


Lo cierto es que el “modelo” más que una profundización, necesita un replanteo profundo. Un retorno de la austeridad fiscal que caracterizó a los primeros dos años de mandato de su marido y una política monetaria mucho más prudente y menos enfocada en el objetivo cambiario.


Al mismo tiempo, es imperioso superar la crisis del INDEC y avanzar, sin demoras, en el ajuste de los precios y tarifas altamente distorsionados. De forma, que las nuevas inversiones en infraestructura permitan superar en el mediano plazo las restricciones cuantitativas que se presentan en la actualidad como una de las principales amenazas a la continuidad del crecimiento. Al mismo tiempo, que la menor necesidad de subsidios que esto implica lleva algo de alivio a las arcas públicas.


Más allá de esas salvedades, hay que recordar que las medidas y discursos previos al acto eleccionario iban en sentido contrario, con lo cual, el discurso de ayer puede ser tomado como la primera señal positiva.


Sin embargo, sigue existiendo el riesgo de que el oficialismo interprete el amplio triunfo como una suerte de plebiscito a todo lo realizado durante lo últimos años y, que en consecuencia, pretenda seguir insistiendo con lo mismo, aplicando sólo los retoques que se presenten como inevitables en el corto plazo.


Por eso mismo, son muy importantes estos dos últimos meses del gobierno de Kirchner y un adecuado análisis de los resultados electorales. En particular, estos indican que el peor desempeño del oficialismo se dio en las clases medias de centros urbanos importantes del interior del país y en la ciudad de Buenos Aires. Para tomar en cuenta. Pues, fueron estos los más afectados por la inflación y el dificultoso acceso a la vivienda que implica un tipo de cambio real artificialmente alto.


Como venimos adelantando hace varios meses la posibilidad de lograr un aterrizaje suave de la economía argentina continúa dependiendo de las decisiones que se tomen con anterioridad a la segunda mitad del año que viene. Aún hay espacio para corregir y lograr ajustes graduales, claro que los mismos no son gratuitos en términos políticos.

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